lunes, 9 de julio de 2012

Entiéndeme 10


Notas de autor: ¿Dije que habría angst? ¿Dije que habría sexo explícito? Sí, creo que avisé de todo al principio del fic.

Capítulo 10

Estaban los cinco reunidos en una de las salsas de la agencia, ultimado los detalles del viaje que realizarían a Fukuoka el día siguiente. Sho se había encargado de organizar la mayor parte del viaje y ya les había puesto al corriente de los detalles, y ahora Jun había tomado el relevo para comentar la puesta en escena del concierto.

-Entonces cuando empecemos el estribillo los globos aerostáticos empezarán a elevarse y las guías harán que pasemos por encima de todo el público- informó.

-¿En serio?- protestó Sho con expresión lastimera- Bueno pero como el estadio es pequeño y sólo tenemos dos globos, estaría bien que uno de nosotros se quede en el centro del escenario- propuso.

-Lo que tú quieres es ahorrarte el subir a las alturas- le punzó Nino con una sonrisa.

-Ah, me pilló- murmuró Sho con cara de circunstancias.

-¿Sabes? Esa es una buena idea- comentó Jun con aspecto algo pensativo, perfilando la escenografía en su cabeza-. Sí, será perfecto si en cada globo subimos dos y otro se queda a animar desde abajo- confirmó.

A Sho se le iluminó el rostro, al menos hasta que el menor siguió hablando.

-Como la canción es de un dorama de Aiba lo lógico será que se quede él en el centro, siendo el foco de atención. Durante la primera estrofa de la canción el resto nos encaminaremos hacia las plataformas de los lados- siguió mientras señalaba el recorrido en el esquema del escenario que tenían dibujado en la pizarra- y mientras los globos se elevan un foco puede iluminar a Aiba para que no pierda protagonismo- murmuró Jun.

Estaba más pensando en voz alta que explicando el plan a sus compañeros, así que le pasó por alto la mirada decepcionada de Sho y las palmaditas en el hombro que le dio Ohno a modo de consuelo.

-No te preocupes, si tienes miedo puedes coger mi mano- se ofreció Satoshi, asintiendo con la cabeza de lo más convencido.

-Eh, no soy un crío- protestó Sho, riendo levemente de la ocurrencia. Se tomó unos segundos para imaginar la situación. Posiblemente a las fans les encantaría el momento de fan service y gritarían pidiendo por más-. Aunque tal vez lo haga- murmuró en voz baja mientras ponía un puchero.

Jun asintió con la cabeza, orgulloso de ellos. Esos dos se habían pasado la última semana en una especie de luna de miel. No es que hicieran nada fuera de lo común, es más, estaba seguro de que ni Aiba ni Nino se habían dado cuenta del cambio. Pero Satoshi le había puesto al corriente de lo ocurrido en la noche de pesca así que a Jun no le pasaban por alto las miradas, las sonrisas y los momentos de disimulado flirteo que compartían con tanta naturalidad. Sonrió para sí mismo y siguió con la reunión. Unas dos horas después por fin tuvieron todo a punto y les dejó marchar.

-Wa, que tarde se ha hecho- se quejó Sho al ver la hora en el reloj. Eran cerca de las diez y aún tenía que preparar la maleta para el día siguiente, por no hablar de lo cansado que estaba y lo poco que le apetecía llegar a casa y tener que liarse a cocinar en ese momento. Miró a Ohno de reojo mientras recogía sus papeles y los guardaba en su bolsa- ¿Qué te parece si paramos en un puesto de soba?- propuso- A estas horas ya no apetece cocinar…

-Claro- respondió Satoshi sin tener ni que pensarlo.

-Es muy buena idea, yo tampoco tengo nada preparado en casa así que me apunto- dijo Aiba de lo más animado.

Sho le miró sorprendido un instante. No era que Aiba le molestara, pero había pensado que podría pasar un rato a solas con Ohno. Enseguida se repuso y asintió sonriente.

-Estupendo- accedió, ocultando a la perfección su pequeña decepción.

-Aiba- le llamó Jun, apiadándose de la pareja-, tú no te vas a ningún lado hasta que volvamos a repasar tu baile- afirmó, ganándose una sonrisa agradecida de parte de Satoshi.

-¿Hah? Pero si esta mañana lo he hecho bien dos veces- se defendió con un puchero.

-¿Y cuántas lo has repetido?- inquirió Jun implacable.

-Nueve…- murmuró algo avergonzado. Desde luego no era una buena media. Suspiró y volvió a dejar su mochila en un lado, preparándose para ensayar un rato más. Matsumoto era demasiado estricto a veces, pensó con resignación.

Ohno y Sho se despidieron y salieron de la sala de reuniones. Nino anunció que también se quedaba, haciendo que un estremecimiento recorriera a Jun. Sabía muy bien lo que buscaba y no tenía nada que ver con ayudar a Aiba.

-¿Bajamos a la sala de ensayo?- preguntó Aiba.

-No hace falta, aquí tenemos suficiente sitio- respondió Jun colocando el CD en el reproductor e indicándole con un gesto de la mano que empezara a bailar.

-¿Lo estás haciendo expresamente?- preguntó Nino cuando vio que se equivocaba por segunda vez, poniéndose en pie para acercarse a Aiba- Sígueme- pidió, colcándose delante para bailar con él. Y es que veían tantas veces los solos de Aiba que todos acababan por aprenderse sus pasos antes que él.

Tres intentos después pareció que la cosa estaba bajo control así que decidieron dejarlo por hoy.

-Que ganas de meterme de cabeza en la cama- exclamó Aiba con cansancio, sin molestarse en disimular el bostezo que se le estaba escapando- ¿Venís a la ducha?

Nino asintió y le siguió con la DS en las manos. Jun en cambio dijo que se quedaría un rato más a trabajar. Y no era mentira del todo. Abrió su correo y envió un mensaje a los montadores del escenario para ponerles al corriente de los cambios que habían realizado a última hora. Aprovechó también para escribir en el blog del grupo y revisar algunas cosas que le habían quedado pendientes.

-¿Aún sigues aquí?- preguntó Nino.

Jun levantó la mirada de la pantalla de manera automática. Se había distraído y no le había escuchado llegar. Supo lo que tenía en mente en cuanto sonrió de medio lado y giró la llave de la sala de reuniones para que nadie pudiera acceder. Jun suspiró y se cubrió el rostro con las manos mientras Nino se acercaba hasta él, colocándose a su espalda y apoyando la barbilla en su hombro.

-Basta de trabajo por hoy- decidió Nino, bajando la pantalla del ordenador para apartarlo a un lado. Pasó las manos por debajo de la camiseta de J, acariciando la espalda y desplazándolas hasta el vientre.

Jun rodó la silla giratoria para encararle, poniendo todo su esfuerzo en mantener una expresión neutra. ¿Hasta cuándo iba a durar aquella tortura? Durante toda la semana Nino le había estado buscando, provocándole, arrastrándole a su juego una y otra vez. No había habido un sólo día que no acabaran así. Nino se sentó sobre él, con una sonrisa traviesa en los labios, empezando a desabrochar su pantalón sin dejar de mirarle desafiante. Y él solo podía dejarle hacer y tratar de contener la respiración mientras el mayor empezaba a mordisquearle el cuello y acariciar su miembro recién liberado de la ropa interior. Sabía que aquello estaba mal, pero a la hora de la verdad no encontraba fuerzas para negarse.

-¿Hoy tampoco vas a dejarme llegar al final?- cuestionó Nino mientras con un ágil movimiento bajaba su propia cremallera, apretando las caderas contra Jun, tan cerca de él que con una sola mano podía acariciar los dos miembros.

-Sabes que no…- replicó obstinado. Ni siquiera sabía porque se negaba, quizás porque era lo único que le quedaba antes de rendirse totalmente ante él- Eso no estaría bien… nada de esto está bien.

Nino rió, una risa suave y sin rastro de humor. Apretó la erección de Jun contra la suya y deslizó su mano arriba y abajo en un movimiento que hizo gemir al menor.

-Eres un hipócrita, J- recriminó, repentinamente serio-. Dices que no está bien, pero en realidad te mueres de ganas de follarme- le acusó.

Jun ni siquiera supo que le había molestado más, si sus palabras hirientes o la manera en que le miraba directamente a los ojos, retándole a contradecirle si tenía el valor.

-Maldita sea Nino, ¿de verdad es eso lo que quieres?- gruñó, sintiéndose enfadado, dolido y derrotado a la vez.

Dio media vuelta a la silla y, cogiendo a Nino de la cintura, lo apoyó bruscamente sobre la mesa, al tiempo que él se ponía en pie. De un tirón bajó los pantalones y la ropa interior de Nino, posicionándose contra su trasero, mirándole directamente a los ojos.

-¿Tendrás suficiente con ello?- cuestionó Jun.

-J…- murmuró, mordiéndose levemente el labio inferior, consciente de que se estaba pasando de la ralla.

Iba a decir algo más pero las palabras murieron en su boca cuando Jun se adentró de una estocada en él, dejándole sin aliento. Nino dejó escapar un grito ahogado. De sorpresa, de dolor, de placer retorcido por haber conseguido finalmente lo que quería. Cerró los ojos con fuerza, intentando acostumbrarse  a la brusquedad de la intrusión, pero Jun apenas le dio unos segundos de tregua antes de empezar a moverse. Jadeó, arañando la mesa en un acto reflejo mientras el dolor iba remitiendo un poco para dejar paso a un agradable cosquilleo que se concentraba en la parte baja de su vientre. Antes de darse cuenta seguía el ritmo frenético que marcaba el menor, gimiendo levemente con cada embestida.

-J…- ronroneó.

Éste le entendió a la perfección y envolvió la erección de Nino con una de sus manos, acompasando el movimiento al vaivén de sus caderas, consiguiendo que la respiración de Nino se acelerase tanto que ya era imposible distinguir donde acababa un gemido y donde empezaba el siguiente. Las piernas de Nino se enroscaron en sus caderas, apretándole más si era posible contra él, y no tardaron en llegar al clímax uno detrás de otro, en medio de una oleada de placer y calor abrasador.

Jun se apoyó con las dos manos sobre la mesa, intentando normalizar su respiración y recuperar la compostura que había perdido por completo. Cuando se recuperó un poco y levantó la vista vio que el mayor se había cubierto el rostro con el antebrazo, ocultando su expresión. Salió de su interior, y el movimiento arrancó un quejido lastimero de los labios de Nino. Jun se lo quedó mirando en silencio largo rato. Quería decir algo, sabía que debía hacerlo. Aunque Nino no había parado de provocarle en toda la semana, no era excusa para perder de aquella manera el control. Pero las palabras se le atascaban en la garganta sin llegar a salir.

-Iré a la ducha- fue todo lo que Jun consiguió murmurar.

Nino se rió suavemente y se levantó para mirar a Jun con expresión indescifrable. ¿Eso era todo? ¿Ni una caricia, ni un beso, ni una muestra de cariño? Sabía que no tenía derecho a exigirlo pero eso no lo hacía menos doloroso.

-¿Qué?- cuestionó Jun ante la mirada acusadora de su compañero- Ya tienes lo que querías, ¿no?- dijo antes de coger el portátil con una mano y su maleta con la otra, saliendo de allí sin volver la vista atrás.

En cuanto se quedó solo Nino empezó a vestirse lentamente, buscando en su mochila un pañuelo con el que limpiarse. Sólo tenía lo que se había buscado, ¿no?, pensó, mientras se sentaba en el suelo, apoyando la cabeza contra la mesa y suspirando. No podía pedirle más a alguien que no le amaba. Notó que los ojos se le aguaban y los apretó con fuerza, negándose tozudamente a derramar una sola lágrima. De pronto escuchó que la puerta se abría de nuevo y se dio media vuelta, asustado. Podría morirse si Jun le encontraba con los ojos enrojecidos y en su mayor momento de debilidad. Pero el que apareció en el umbral fue Sho.

-Ah, pensaba que ya no quedaría nadie por aquí- comentó sorprendido de verle, entrando y yendo directo al sofá que había en un lateral-. Aquí esta- suspiró aliviado al encontrar su cartera. Se había dado cuenta de que se le había caído en algún sitio al ir a pagar y había decidido volver a la agencia a ver si había suerte y estaba allí-. ¿Qué haces aquí tan tarde?- preguntó sonriente, pero en seguida le cambió la expresión al fijarse en la cara de su amigo- ¿Nino?- preguntó preocupado, acercándose a él y sentándose a su lado- ¿Qué ha pasado?- insistió al ver que no decía nada.

Nino forzó una sonrisa, intentando parecer despreocupado.

-Nada- respondió, pero ni siquiera a él le pareció demasiado convincente.

Sho enarcó una ceja, mirándole con seriedad, así que no le quedó más remedio que explicarle todo lo que había pasado con Jun desde la noche que él y Satoshi se fueron a pescar. El mayor le escuchó en silencio, aguardando con paciencia cada vez que se atascaba.

-¿Pero tú eres idiota?- soltó en cuanto Nino terminó de hablar- ¿De verdad piensas que Jun es así? Nunca le he visto responder a los coqueteos de alguien que no le guste de verdad- argumentó enfadado-. Pensaba que eras más listo, por el amor de Dios- le reprochó.

-Ojalá tuvieras razón- respondió Nino, con una sonrisa amarga y una falta total de esperanza en su tono de voz.

Sho frunció el ceño y le dio un golpecito en la cabeza, para después pasar una mano tras él y apretarlo contra su hombro, besándole suavemente la cabeza.

-Voy a asegurarme de demostrarte que tengo razón, ¿vale?- afirmó, despeinándole con cariño.

Continuará…

Notas finales: No me gusta utilizar palabras tan vulgares como follar cuando escribo, pero creo que era la que mejor quedaba en el contexto. Gracias a todas las que leéis y me animáis a seguir con vuestros comentarios ^^

6 comentarios:

  1. OMG!!! matsumiya fjsadkghjsdgn X________x
    estuvo hot el poco lemon *¬* pero a la vez doloroso por saber como se hacen daño T-T
    porque no simple decir que se aman? *se jala los cabellos* y ademas nino se atreve a preguntar xq no tuvo una muestra de cariño? ahora si agarren me xq que entro al fic y le doy un buen golpe o.ó ya que el de sho fue leve XDD
    GRACIAS!! SHO por decirle eso a nino espero que ahora con tu ayuda se de cuenta nino que esta equivocado con respecto a jun >.<
    ya que jun debe estar arrepentido x como se dieron las cosas waaaaa u.u

    Yunnie ni a mi me gustan las palabras vulgares pero como dices el follar era la adecuada para la situación del contexto jeje estoy desesperada por saber la continuación *0* lo espero con ansias Ganbatte!

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    1. Matsumiya sí, pero no todo lo bien que debería... si es que me van a hacer saltar a mí dentro del fic también, se van a llevar los dos más aventadas a este paso...
      Yo creo que sí, que Sho será capaz de arreglar este caos que el uno por el otro ninguno de los dos parece ser capaz de solucionar por él mismo T_T Confiemos en él.

      Gracias por leer y comentar cielo ^^

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  2. Me lo leí todo de un tirón... xd
    Esta genial mujer!! El lemon estuvo fantástico!!
    Y de verdad Nino... Que baka que eres~! Es MUY obvio que Jun está
    loco por el, pero no quiere darse cuenta de ello >.<
    Por otro lado, Ohno y Sho, son tan tiernos que me dan ganas de comérmelos!

    Al igual que tu, también amo el Matsumiya y esta fic me encanta
    Espero que la puedas seguir pronto! ^^

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    1. Oh, espero que no se te hiciera muy pesado, porque ya lleva unos cuantos capítulos xD
      Me alegra que te haya gustado, aunque los dos niños estén en modo cabezota y no quieran aceptar lo evidente.
      Yo no sé que tiene el yama pair que me saca la vena tierna, me parecen taaan monos que no lo puedo evitar.

      Me alegra mucho ver que hay más enganchadas al Matsumiya por aquí, que como no es de las más tipicas siempre es una alegría. Intentaré tener el siguiente capi terminado esta semana si encuentro un hueco para escribir ^^

      P.d: Oh, he visto que tú también tienes un blog de fics, te sigo

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  3. Hai, hai, apenas hice mi blog y creo que estarás siempre por allí porque habrá mucho Matsumiya!<3 Por cierto, debo decirte que gracias a esta fic me ha comenzado
    a gustar el Yama pair :3 Son demasiado kawaiis!
    Ojalá que si puedas subir cap en esta semana D:
    PD: Gracias por seguirme Yunnie :B

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    1. Pues si hay Matsumiya allá me tendrás asiaduamente, jajaja. Otras parejas tampoco me desagradan, pero ellos dos son mis preferidos con diferencia ^^

      Oooh, me alegro que te guste el yama, porque son mi segunda opción pero no hay mucho de ellos. A ver si te pica el gusanillo y escribes algo también, jejeje.

      P.d: De nada, es un placer, tengo pendiente leerme lo que tienes por allí ;p

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