Notas de autor: ¿Dije
que habría angst? ¿Dije que habría sexo explícito? Sí, creo que avisé de todo
al principio del fic.
Capítulo 10
Estaban los cinco reunidos en una de las
salsas de la agencia, ultimado los detalles del viaje que realizarían a Fukuoka
el día siguiente. Sho se había encargado de organizar la mayor parte del viaje
y ya les había puesto al corriente de los detalles, y ahora Jun había tomado el
relevo para comentar la puesta en escena del concierto.
-Entonces cuando empecemos el estribillo los
globos aerostáticos empezarán a elevarse y las guías harán que pasemos por
encima de todo el público- informó.
-¿En serio?- protestó Sho con expresión
lastimera- Bueno pero como el estadio es pequeño y sólo tenemos dos globos,
estaría bien que uno de nosotros se quede en el centro del escenario- propuso.
-Lo que tú quieres es ahorrarte el subir a las
alturas- le punzó Nino con una sonrisa.
-Ah, me pilló- murmuró Sho con cara de circunstancias.
-¿Sabes? Esa es una buena idea- comentó Jun
con aspecto algo pensativo, perfilando la escenografía en su cabeza-. Sí, será
perfecto si en cada globo subimos dos y otro se queda a animar desde abajo-
confirmó.
A Sho se le iluminó el rostro, al menos hasta
que el menor siguió hablando.
-Como la canción es de un dorama de Aiba lo
lógico será que se quede él en el centro, siendo el foco de atención. Durante
la primera estrofa de la canción el resto nos encaminaremos hacia las plataformas
de los lados- siguió mientras señalaba el recorrido en el esquema del escenario
que tenían dibujado en la pizarra- y mientras los globos se elevan un foco
puede iluminar a Aiba para que no pierda protagonismo- murmuró Jun.
Estaba más pensando en voz alta que explicando
el plan a sus compañeros, así que le pasó por alto la mirada decepcionada de
Sho y las palmaditas en el hombro que le dio Ohno a modo de consuelo.
-No te preocupes, si tienes miedo puedes
coger mi mano- se ofreció Satoshi, asintiendo con la cabeza de lo más
convencido.
-Eh, no soy un crío- protestó Sho, riendo
levemente de la ocurrencia. Se tomó unos segundos para imaginar la situación.
Posiblemente a las fans les encantaría el momento de fan service y gritarían
pidiendo por más-. Aunque tal vez lo haga- murmuró en voz baja mientras ponía
un puchero.
Jun asintió con la cabeza, orgulloso de ellos.
Esos dos se habían pasado la última semana en una especie de luna de miel. No
es que hicieran nada fuera de lo común, es más, estaba seguro de que ni Aiba ni
Nino se habían dado cuenta del cambio. Pero Satoshi le había puesto al
corriente de lo ocurrido en la noche de pesca así que a Jun no le pasaban por
alto las miradas, las sonrisas y los momentos de disimulado flirteo que compartían
con tanta naturalidad. Sonrió para sí mismo y siguió con la reunión. Unas dos
horas después por fin tuvieron todo a punto y les dejó marchar.
-Wa, que tarde se ha hecho- se quejó Sho al
ver la hora en el reloj. Eran cerca de las diez y aún tenía que preparar la
maleta para el día siguiente, por no hablar de lo cansado que estaba y lo poco
que le apetecía llegar a casa y tener que liarse a cocinar en ese momento. Miró
a Ohno de reojo mientras recogía sus papeles y los guardaba en su bolsa- ¿Qué te parece si paramos en un puesto de soba?- propuso- A estas horas ya no apetece
cocinar…
-Claro- respondió Satoshi sin tener ni que
pensarlo.
-Es muy buena idea, yo tampoco tengo nada
preparado en casa así que me apunto- dijo Aiba de lo más animado.
Sho le miró sorprendido un instante. No era
que Aiba le molestara, pero había pensado que podría pasar un rato a solas con
Ohno. Enseguida se repuso y asintió sonriente.
-Estupendo- accedió, ocultando a la
perfección su pequeña decepción.
-Aiba- le llamó Jun, apiadándose de la
pareja-, tú no te vas a ningún lado hasta que volvamos a repasar tu baile-
afirmó, ganándose una sonrisa agradecida de parte de Satoshi.
-¿Hah? Pero si esta mañana lo he hecho bien
dos veces- se defendió con un puchero.
-¿Y cuántas lo has repetido?- inquirió Jun
implacable.
-Nueve…- murmuró algo avergonzado. Desde
luego no era una buena media. Suspiró y volvió a dejar su mochila en un lado, preparándose
para ensayar un rato más. Matsumoto era demasiado estricto a veces, pensó con
resignación.
Ohno y Sho se despidieron y salieron de la
sala de reuniones. Nino anunció que también se quedaba, haciendo que un
estremecimiento recorriera a Jun. Sabía muy bien lo que buscaba y no tenía nada
que ver con ayudar a Aiba.
-¿Bajamos a la sala de ensayo?- preguntó
Aiba.
-No hace falta, aquí tenemos suficiente
sitio- respondió Jun colocando el CD en el reproductor e indicándole con un gesto de la mano que empezara a bailar.
-¿Lo estás haciendo expresamente?- preguntó
Nino cuando vio que se equivocaba por segunda vez, poniéndose en pie para acercarse a Aiba- Sígueme- pidió, colcándose delante para bailar con él. Y es que veían tantas veces los solos de Aiba que todos
acababan por aprenderse sus pasos antes que él.
Tres intentos después pareció que la cosa
estaba bajo control así que decidieron dejarlo por hoy.
-Que ganas de meterme de cabeza en la cama-
exclamó Aiba con cansancio, sin molestarse en disimular el bostezo que se le
estaba escapando- ¿Venís a la ducha?
Nino asintió y le siguió con la DS en las
manos. Jun en cambio dijo que se quedaría un rato más a trabajar. Y no era
mentira del todo. Abrió su correo y envió un mensaje a los montadores del
escenario para ponerles al corriente de los cambios que habían realizado a
última hora. Aprovechó también para escribir en el blog del grupo y revisar
algunas cosas que le habían quedado pendientes.
-¿Aún sigues aquí?- preguntó Nino.
Jun levantó la mirada de la pantalla de
manera automática. Se había distraído y no le había escuchado llegar. Supo lo
que tenía en mente en cuanto sonrió de medio lado y giró la llave de la sala de
reuniones para que nadie pudiera acceder. Jun suspiró y se cubrió el rostro con
las manos mientras Nino se acercaba hasta él, colocándose a su espalda y
apoyando la barbilla en su hombro.
-Basta de trabajo por hoy- decidió Nino,
bajando la pantalla del ordenador para apartarlo a un lado. Pasó las manos por
debajo de la camiseta de J, acariciando la espalda y desplazándolas hasta el
vientre.
Jun rodó la silla giratoria para encararle,
poniendo todo su esfuerzo en mantener una expresión neutra. ¿Hasta cuándo iba a
durar aquella tortura? Durante toda la semana Nino le había estado buscando, provocándole,
arrastrándole a su juego una y otra vez. No había habido un sólo día que no acabaran así. Nino se sentó sobre él, con una
sonrisa traviesa en los labios, empezando a desabrochar su pantalón sin dejar
de mirarle desafiante. Y él solo podía dejarle hacer y tratar de contener la
respiración mientras el mayor empezaba a mordisquearle el cuello y acariciar su
miembro recién liberado de la ropa interior. Sabía que aquello estaba mal, pero
a la hora de la verdad no encontraba fuerzas para negarse.
-¿Hoy tampoco vas a dejarme llegar al final?-
cuestionó Nino mientras con un ágil movimiento bajaba su propia cremallera, apretando
las caderas contra Jun, tan cerca de él que con una sola mano podía acariciar
los dos miembros.
-Sabes que no…- replicó obstinado. Ni
siquiera sabía porque se negaba, quizás porque era lo único que le quedaba
antes de rendirse totalmente ante él- Eso no estaría bien… nada de esto está
bien.
Nino rió, una risa suave y sin rastro de
humor. Apretó la erección de Jun contra la suya y deslizó su mano arriba y
abajo en un movimiento que hizo gemir al menor.
-Eres un hipócrita, J- recriminó,
repentinamente serio-. Dices que no está bien, pero en realidad te mueres de
ganas de follarme- le acusó.
Jun ni siquiera supo que le había molestado
más, si sus palabras hirientes o la manera en que le miraba directamente a los
ojos, retándole a contradecirle si tenía el valor.
-Maldita sea Nino, ¿de verdad es eso lo que
quieres?- gruñó, sintiéndose enfadado, dolido y derrotado a la vez.
Dio media vuelta a la silla y, cogiendo a
Nino de la cintura, lo apoyó bruscamente sobre la mesa, al tiempo que él se
ponía en pie. De un tirón bajó los pantalones y la ropa interior de Nino, posicionándose
contra su trasero, mirándole directamente a los ojos.
-¿Tendrás suficiente con ello?- cuestionó Jun.
-J…- murmuró, mordiéndose levemente el labio
inferior, consciente de que se estaba pasando de la ralla.
Iba a decir algo más pero las palabras
murieron en su boca cuando Jun se adentró de una estocada en él, dejándole sin
aliento. Nino dejó escapar un grito ahogado. De sorpresa, de dolor, de placer
retorcido por haber conseguido finalmente lo que quería. Cerró los ojos con
fuerza, intentando acostumbrarse a la
brusquedad de la intrusión, pero Jun apenas le dio unos segundos de tregua
antes de empezar a moverse. Jadeó, arañando la mesa en un acto reflejo mientras
el dolor iba remitiendo un poco para dejar paso a un agradable cosquilleo que
se concentraba en la parte baja de su vientre. Antes de darse cuenta seguía el
ritmo frenético que marcaba el menor, gimiendo levemente con cada embestida.
-J…- ronroneó.
Éste le entendió a la perfección y envolvió
la erección de Nino con una de sus manos, acompasando el movimiento al vaivén
de sus caderas, consiguiendo que la respiración de Nino se acelerase tanto que
ya era imposible distinguir donde acababa un gemido y donde empezaba el
siguiente. Las piernas de Nino se enroscaron en sus caderas, apretándole más si
era posible contra él, y no tardaron en llegar al clímax uno detrás de otro, en
medio de una oleada de placer y calor abrasador.
Jun se apoyó con las dos manos sobre la mesa,
intentando normalizar su respiración y recuperar la compostura que había perdido
por completo. Cuando se recuperó un poco y levantó la vista vio que el mayor se
había cubierto el rostro con el antebrazo, ocultando su expresión. Salió de su
interior, y el movimiento arrancó un quejido lastimero de los labios de Nino. Jun
se lo quedó mirando en silencio largo rato. Quería decir algo, sabía que debía
hacerlo. Aunque Nino no había parado de provocarle en toda la semana, no era
excusa para perder de aquella manera el control. Pero las palabras se le
atascaban en la garganta sin llegar a salir.
-Iré a la ducha- fue todo lo que Jun
consiguió murmurar.
Nino se rió suavemente y se levantó para
mirar a Jun con expresión indescifrable. ¿Eso era todo? ¿Ni una caricia, ni un
beso, ni una muestra de cariño? Sabía que no tenía derecho a exigirlo pero eso
no lo hacía menos doloroso.
-¿Qué?- cuestionó Jun ante la mirada
acusadora de su compañero- Ya tienes lo que querías, ¿no?- dijo antes de coger
el portátil con una mano y su maleta con la otra, saliendo de allí sin volver
la vista atrás.
En cuanto se quedó solo Nino empezó a
vestirse lentamente, buscando en su mochila un pañuelo con el que limpiarse.
Sólo tenía lo que se había buscado, ¿no?, pensó, mientras se sentaba en el
suelo, apoyando la cabeza contra la mesa y suspirando. No podía pedirle más a
alguien que no le amaba. Notó que los ojos se le aguaban y los apretó con
fuerza, negándose tozudamente a derramar una sola lágrima. De pronto escuchó
que la puerta se abría de nuevo y se dio media vuelta, asustado. Podría morirse
si Jun le encontraba con los ojos enrojecidos y en su mayor momento de
debilidad. Pero el que apareció en el umbral fue Sho.
-Ah, pensaba que ya no quedaría nadie por
aquí- comentó sorprendido de verle, entrando y yendo directo al sofá que había
en un lateral-. Aquí esta- suspiró aliviado al encontrar su cartera. Se había
dado cuenta de que se le había caído en algún sitio al ir a pagar y había
decidido volver a la agencia a ver si había suerte y estaba allí-. ¿Qué haces
aquí tan tarde?- preguntó sonriente, pero en seguida le cambió la expresión al
fijarse en la cara de su amigo- ¿Nino?- preguntó preocupado, acercándose a él y
sentándose a su lado- ¿Qué ha pasado?- insistió al ver que no decía nada.
Nino forzó una sonrisa, intentando parecer
despreocupado.
-Nada- respondió, pero ni siquiera a él le
pareció demasiado convincente.
Sho enarcó una ceja, mirándole con seriedad,
así que no le quedó más remedio que explicarle todo lo que había pasado con Jun
desde la noche que él y Satoshi se fueron a pescar. El mayor le escuchó en
silencio, aguardando con paciencia cada vez que se atascaba.
-¿Pero tú eres idiota?- soltó en cuanto Nino
terminó de hablar- ¿De verdad piensas que Jun es así? Nunca le he visto
responder a los coqueteos de alguien que no le guste de verdad- argumentó
enfadado-. Pensaba que eras más listo, por el amor de Dios- le reprochó.
-Ojalá tuvieras razón- respondió Nino, con
una sonrisa amarga y una falta total de esperanza en su tono de voz.
Sho frunció el ceño y le dio un golpecito en
la cabeza, para después pasar una mano tras él y apretarlo contra su hombro, besándole
suavemente la cabeza.
-Voy a asegurarme de demostrarte que tengo
razón, ¿vale?- afirmó, despeinándole con cariño.
Continuará…
Notas finales: No me gusta
utilizar palabras tan vulgares como follar cuando escribo, pero creo que era la
que mejor quedaba en el contexto. Gracias a todas las que leéis y me animáis a
seguir con vuestros comentarios ^^
OMG!!! matsumiya fjsadkghjsdgn X________x
ResponderEliminarestuvo hot el poco lemon *¬* pero a la vez doloroso por saber como se hacen daño T-T
porque no simple decir que se aman? *se jala los cabellos* y ademas nino se atreve a preguntar xq no tuvo una muestra de cariño? ahora si agarren me xq que entro al fic y le doy un buen golpe o.ó ya que el de sho fue leve XDD
GRACIAS!! SHO por decirle eso a nino espero que ahora con tu ayuda se de cuenta nino que esta equivocado con respecto a jun >.<
ya que jun debe estar arrepentido x como se dieron las cosas waaaaa u.u
Yunnie ni a mi me gustan las palabras vulgares pero como dices el follar era la adecuada para la situación del contexto jeje estoy desesperada por saber la continuación *0* lo espero con ansias Ganbatte!
Matsumiya sí, pero no todo lo bien que debería... si es que me van a hacer saltar a mí dentro del fic también, se van a llevar los dos más aventadas a este paso...
EliminarYo creo que sí, que Sho será capaz de arreglar este caos que el uno por el otro ninguno de los dos parece ser capaz de solucionar por él mismo T_T Confiemos en él.
Gracias por leer y comentar cielo ^^
Me lo leí todo de un tirón... xd
ResponderEliminarEsta genial mujer!! El lemon estuvo fantástico!!
Y de verdad Nino... Que baka que eres~! Es MUY obvio que Jun está
loco por el, pero no quiere darse cuenta de ello >.<
Por otro lado, Ohno y Sho, son tan tiernos que me dan ganas de comérmelos!
Al igual que tu, también amo el Matsumiya y esta fic me encanta
Espero que la puedas seguir pronto! ^^
Oh, espero que no se te hiciera muy pesado, porque ya lleva unos cuantos capítulos xD
EliminarMe alegra que te haya gustado, aunque los dos niños estén en modo cabezota y no quieran aceptar lo evidente.
Yo no sé que tiene el yama pair que me saca la vena tierna, me parecen taaan monos que no lo puedo evitar.
Me alegra mucho ver que hay más enganchadas al Matsumiya por aquí, que como no es de las más tipicas siempre es una alegría. Intentaré tener el siguiente capi terminado esta semana si encuentro un hueco para escribir ^^
P.d: Oh, he visto que tú también tienes un blog de fics, te sigo
Hai, hai, apenas hice mi blog y creo que estarás siempre por allí porque habrá mucho Matsumiya!<3 Por cierto, debo decirte que gracias a esta fic me ha comenzado
ResponderEliminara gustar el Yama pair :3 Son demasiado kawaiis!
Ojalá que si puedas subir cap en esta semana D:
PD: Gracias por seguirme Yunnie :B
Pues si hay Matsumiya allá me tendrás asiaduamente, jajaja. Otras parejas tampoco me desagradan, pero ellos dos son mis preferidos con diferencia ^^
EliminarOooh, me alegro que te guste el yama, porque son mi segunda opción pero no hay mucho de ellos. A ver si te pica el gusanillo y escribes algo también, jejeje.
P.d: De nada, es un placer, tengo pendiente leerme lo que tienes por allí ;p