lunes, 12 de julio de 2021

Untold 03

 2018

No estaba muy seguro de porque había acabado en casa de Sho. Había aprovechado su día libre para pescar, aunque esta vez en lugar de la pesca, los protagonistas del día habían sido sus propios pensamientos. Solo, en su pequeño bote, perdido en el calmado oleaje del mar, había tenido tiempo para darle vueltas a muchas cosas. A lo mucho que tenía, y también a lo mucho que se perdía. A lo agradecido que se sentía, pero también a lo terriblemente cansado que estaba. Y no se refería precisamente al aspecto físico, aunque a su edad también le empezaba a pesar. Pero ser Ohno Satoshi, el líder de Arashi, el ídolo conocido allá donde fuera, el personaje público que siempre tenía que mostrar su mejor cara... era agotador. Bueno, tampoco es que en privado fuera una persona diferente, la verdad. Si todos habían podido soportar la presión de estar en el punto de mira 24/7 era porque se comportaban tal cual eran de manera natural. O al menos tal cual estaban dispuestos a mostrar ante los demás, pensó con una pequeña sonrisa al recordar que Jun era mucho más adorable de lo que le gustaba admitir y Nino mucho más confiable de lo que se empeñaba en mostrar. Pero incluso siendo ellos mismos, incluso no siendo ante las cámaras nada más que el tranquilo y sencillo Satoshi, la presión y las expectativas eran demasiado grandes. Y ahora sabía que no solo para él...

Seguramente eso era lo que le había dado fuerzas para tomar aquella decisión que hacía tiempo que rondaba por su cabeza. Puede que fuera una locura, puede que hubiera gente que nunca se lo perdonase, pero al final... al final era lo mejor para todos. Lo mejor para él, que podría encontrar el tiempo para descubrir de una vez quien era. Lo mejor para Sho, que podría centrarse en casarse y tener esos niños que siempre le habían gustado. Quizás Aiba no lo necesitara tanto, pero sin duda era lo mejor para Nino y para Jun... lo único que necesitaban, aunque quizás al principio no lo vieran así.

-¿Sabes? Podrías echar una mano y ayudarme a limpiar el pescado- le reclamó Sho, devolviéndole al momento presente.

-¿Eh? Pero yo lo he pescado. El resto te toca a ti, ¿no va así?- preguntó.

-Me parece que esta repartición es poco equitativa- le protestó divertido, acabando de limpiar el pescado no demasiado convencido.

Ohno suspiró y se quedó mirando como el cuchillo separaba sin dificultad las partes inservibles, de nuevo perdido en sus propios pensamientos.

-Estás muy distraído hoy, nii-san- comentó Sho al darse cuenta del aire melancólico que llevaba- ¿Pasa algo?

-Sho-kun... lo voy a dejar- confesó Ohno con la voz medio ahogada.

 

-¿La pesca?- le preguntó con una ceja enarcada. Era de lo que andaban hablando así que fue lo único que le vino a la mente.

El mayor negó con la cabeza, con la vista en el suelo, observando con detalle los cordones de sus zapatillas deportivas. Llevaba uno de los lazos medio desatado, debería agacharse y apretarlo bien... pero no lo hizo. No hizo nada más que intentar coger fuerzas para lo que venía.

-Arashi- corrigió tras una larga pausa-. No creo que pueda aguantar mucho más... es demasiado trabajo, demasiado tiempo, demasiado sacrificio. Quiero vivir mi vida, con libertad, con los horarios que yo elija, con tiempo para mí, quiero...- lo había soltado todo del tirón y sin anestesia, tal y como lo sentía, aunque no estaba seguro de si aquello último le correspondía decirlo a él- quiero que todos tengamos tiempo para las personas que de verdad importan- acabó por decir, pensando en la conversación que había mantenido unos meses atrás con Jun y que le partía el alma cada vez que la recordaba.

Sho se le había quedado mirando totalmente en silencio. Había dejado de cortar el pescado y estaba totalmente inmóvil, con sus ojos castaños clavados en él, tan quieto que hasta parecía que había dejado de respirar. Ohno empezó a ponerse nervioso y a sentir el nudo de la culpabilidad en la garganta. Si decírselo sólo a Sho era así de difícil, no podía hacerse una idea de lo horrible que sería contárselo a todos…  

-¿Estás seguro de esto?-le preguntó al fin, en un tono tan neutro e impersonal que le dio escalofríos.

-Muy seguro- confirmó Ohno con total firmeza, a pesar de que solo le salió un hilo de voz.

-Entiendo- fue todo lo que dijo Sho, antes de seguir preparando el pescado.

Ohno se había esperado que le preguntase al respecto, o que le quitara importancia diciendo que solo necesitaba unos días libres… que se molestase quizás o incluso que le gritara en plena explosión de enfado… todas las opciones le parecían malas, pero aquella que no se había esperado, esa aparente indiferencia… era mucho peor.

-¿No vas a decir nada?- preguntó con voz temblorosa.

Sho cogió aire y dejó el cuchillo sobre el mármol de la encimera, apoyando las manos en el borde, echando la cabeza atrás mientras se tomaba unos segundos para contener la emoción antes de contestar.

-¿Qué quieres que diga Satoshi? ¿Qué no estoy de acuerdo? ¿Qué eso no es lo que quiero? ¿Qué estoy enfadado? Porque lo estoy. ¡Enfadadísimo!- dijo, aunque  pesar de ello apenas había alzado el tono de voz-. Aaaarg, cielos, estoy tan enfadado que tengo ganas de empezar a tirar los platos contra el suelo hasta que no quede uno solo entero. ¿Pero qué voy a ganar con ello? Porque todo eso ya lo sabes, y no puedo decir nada que te haga cambiar de idea, ¿verdad?- inquirió bruscamente. En realidad no necesitaba respuesta, sabía muy bien que si le había dicho algo tan serio era porque había pensado mucho en ello, porque había tomado una decisión firme que no estaba dispuesto a cambiar.

-Lo siento- fue todo lo que Ohno logró musitar antes de que el nudo de la garganta le apretara demasiado como para contenerlo. Se tapó la cara con las dos manos y se echó a llorar.

-Tskuho- el suspiro inentendible de Sho sonó tan frustrado que hizo que Riida se encogiera desvalido sobre si mismo. Fue en ese momento que Sakurai se dio cuenta de lo difícil que tenía que estar siendo aquello para él. Porque si él estaba dolido y molesto por su decisión, que les iba a cambiar la vida a todos Ohno… Ohno también debía sentirse así. A pesar de que hubiera tomado esa decisión, sabía lo mucho que amaba a Arashi, pero es que además él… él debía sentirse terriblemente culpable por todas las molestias que iba a causar a los demás-. Ven aquí anda…- murmuró en tono suave, aunque a pesar de sus palabras lo que hizo fue acercarse él mismo hasta Ohno y pasarle los brazos por el cuello, pegándolo a él en un abrazo intenso y cálido-. No pasa nada nii-san… Tienes que buscar tu propia felicidad- le dijo en un ronroneo. Le dolía su decisión, por supuesto, pero… hacía tiempo que sabía que Ohno no estaba bien. Seguramente todos lo sabían, aunque ninguno esperaba que la salida que encontrase a la presión fuera aquella. Pero no podían obligarle a seguir haciendo algo que le causaba más infelicidad que otra cosa. Sí, seguramente todos se enfadarían con la noticia, pero ninguno de ellos le iba a culpar. Todos y cada uno de ellos aceptarían lo que fuera con tal de verle sonreír otra vez- Entonces… ¿este será el fin de Arashi?- preguntó, con los ojos llenos de lágrimas.

Ohno se aferró a él, incapaz de hablar durante un buen rato, hasta que pudo calmar un poco el barullo de emociones encontradas que sentía. Porque se sentía terriblemente mal por la pérdida, por la culpabilidad, por todo el dolor que iba a causar, pero también aliviado de habérselo dicho al fin a alguien, e infinitamente agradecido de que Sho le entendiera aunque no estuviera de acuerdo… no podía haber amigos mejores que los que había encontrado en el grupo.

-No lo sé, es posible que no. Quizás solo necesite un descanso… uno muy largo- añadió para no darle la idea equivocada. Puede que dentro de un tiempo se sintiera preparado para volver, pero ahora mismo… ahora solo quería que el mundo parase por un tiempo a su alrededor.

-Bueno, eso es mejor que nunca- le animó Sho, sacando fuerzas de donde no las tenía. Pero si Ohno se iba a derrumbar de aquella manera cuando se lo dijera a los demás, tendría que ser el muro en el que pudiera apoyarse. Le cogió de las mejillas y le alzó el rostro para que le mirase-. Da igual que trabajemos juntos o no, que seamos Arashi o solamente Satoshi y Sho. Siempre podrás contar conmigo, ¿vale?- le dijo en un murmullo suave y con total sinceridad.

Ohno se quedó inmóvil, sintiendo como la calidez de las palabras de Sho le calaba hasta calmarle por completo. Al menos hasta darse cuenta de la cercanía en la que estaban.

-Vale, pero Sho-chan… apestas a pescado- se quejó Ohno, arrugando la nariz en una mueca mientras le cogía las manos y las apartaba de sus mejillas.

Sho se rio de buena gana. Así era Arashi, destruyendo los momentos más serios con el comentario más inesperado. No, así no era Arashi. Así eran ellos, se corrigió. Y sabía que esa era una corrección que tendría que hacerse cientos de veces más, porque no habría Arashi por un tiempo… tendrían que aprender a vivir siendo de nuevo ellos mismos, sin más.

-¿Y de quien crees que es la culpa, señor No-quiero-limpiar-el-pescado?- se quejó Sho, dándole un último toquecillo con el dedo en la nariz antes de volver a la encimera-. A ver, ¿cómo vamos a cocinar esto?- preguntó, intentando animar el ambiente.

Ohno llevó la mano a la nariz, tocando con un puchero en el mismo sitio donde Sho le había tocado, frotándose con suavidad, preguntándose si después de destrozar sus vidas de verdad seguiría teniendo con esos gestos tan naturales y tan íntimos. Le había preguntado algo, ¿verdad?

-Uhm… ¿en un guiso con ostras?- aventuró Ohno.

-¿Y de dónde diablos vamos a sacar las ostras?- protestó Sho, negando con la cabeza-. Anda, abre la nevera y mira que hay- le indicó, riéndose del modo en que su líder parecía siempre perdido en la vida. Sí, desde luego que quisiera dejar el grupo era muy triste, pero sabía que Ohno llevaba tiempo ocultando su tristeza para no molestar a los demás, y si gracias a eso encontraba su lugar… le apoyaría, sin importar cuanto doliera perderle.

Continuará...

1 comentario:

  1. TT_TT no puedo decir mucho más porque las emociones me pueden pero... Ains...

    Espero la continuación...

    Gracias por escribir este fic.

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