miércoles, 14 de marzo de 2012

Entiéndeme 06

Notas de autor: Capi nuevo. Diría que entramos en la recta final del fic. Muchas gracias a todas por leer y comentar ^^

Capítulo 06

-Hace tiempo que no salíamos a navegar- observó Sho con una sonrisa mientras seguía a Ohno al interior del pequeño bote.

Satoshi asintió y dejó la mochila sobre la especie de sofá que quedaba enfrente del timón. El espacio era bastante reducido en la sala de mandos así que Sho se quedó en el marco de la puerta, contemplando como el mayor conducía el bote. Estaba de buen humor. No es que Sho fuera un gran aficionado a la pesca- más bien le era bastante indistinta- pero le gustaba hacer cosas con sus compañeros. Además, la cara de Ohno cuando conseguía sacar un pez era digna de ver.

Ya había acabado de oscurecer por completo cuando Satoshi paró el motor y salieron a la zona de la cubierta exterior. Sho le ayudó a preparar las cañas y los sedales, pero dejó que fuera Ohno quien colocara los cebos porque siempre le había dado un poco de grima. Poco rato después los tres anzuelos estaban en el mar, esperando a que alguna presa se atreviera a picar.

Satoshi le sonrió en silencio y encendió una pequeña lamparita de gas, dejándola en el centro de la cubierta para que hubiera un poco de luz. Sho pronunció un mudo gracias, vocalizando sin utilizar palabras. Tiempo atrás Ohno le había explicado que era mejor no tener focos de luz fuertes porque algunas especies de peces los rehuían, pero de todas maneras siempre que salía con él le ponía la lámpara para que Sho pudiera ponerse a leer junto a ella. Se sentó con el libro entre las manos, siguiendo con la mirada los movimientos de Satoshi. Le gustaban esos momentos de silencio y absoluta tranquilidad junto a su líder, sin nada más que el murmullo de las olas y el olor a sal.

Aunque el tiempo estaba ya bastante atemperado, por las noches seguía refrescando y el airecillo que soplaba era frío. Sho se estaba subiendo la cremallera de la chaqueta cuando la primera de las cañas empezó a moverse con pequeños tirones.

-¡Ah!- soltó una pequeña exclamación de alegría.

-Shhhh- le reprendió Satoshi, preocupado porque pudiera asustar a otros peces.

Los dos se apresuraron a coger la caña así que acabaron por sujetarla los dos a la vez. Satoshi iba tan concentrado en conseguir a su presa que ni se había dado cuenta de que también Sho se acercaba, así que cuando sus manos hicieron contacto dio un bote y se apartó con cara de susto. A Sho le dio un ataque de risa al ver la reacción de su líder y acabó por soltar la caña que ya la había sacado de su soporte. Así que esta se empezó a deslizar precipitadamente hacia el agua. Ohno saltó a por ella, casi pasando sobre la barandilla, y la atrapó antes de que se perdiera por la borda, mientras refunfuñaba algo por lo bajo.

Increíblemente el pez todavía no se había soltado del anzuelo, así que Satoshi lo dejó en un cubo con agua mientras colocaba otro cebo y lo volvía a lanzar. Luego se volvió para mirar a su compañero con un puchero de lo más gracioso. No dijo nada, pero Sho captó el mensaje a la perfección. Para enredar las cosas, mejor que no tocara nada. Así que se sentó junto a la lámpara con el libro y se entretuvo alternando su atención entre la lectura y la expresión concentrada de Ohno mientras esperaba paciente que volvieran a picar. No se dio cuenta de cuando empezaban a cerrársele los ojos, ni de cuando fue quedandose adormecido con el suave arrullo de las olas.

Había pasado un buen rato cuando Satoshi se puso a revisar las cañas por pura inercia. Fue en ese momento que se dio cuenta de que Sho se había quedado dormido sobre la cubierta. Suspiró largamente y fue al camerino interior a buscar una manta. Se la colocó por encima, mientras se daba cuenta de que al final no había sido capaz de hablar con él. Llevaba rato diciéndose que en seguida lo haría, que sólo quería esperar a que el ambiente estuviera relajado, pero iba dejando pasar los minutos sin encontrar la manera de empezar. Se aseguró de que estaba bien arropado y apartó algunos mechones rebeldes de la frente de su compañero. Casi sin darse cuenta enredó los dedos en el pelo, toqueteándolo con suavidad. El corazón le dio un salto cuando Sho abrió los ojos, completamente despejado, y le dedicó una mirada seria.

-No me has invitado sólo para pescar, ¿verdad?- inquirió el rapero con voz calmada.

Satoshi permaneció largo rato en silencio antes de negar con la cabeza. Sho sonrió, satisfecho de haber acertado en su deducción.

-¿Y no me lo vas a decir?- le alentó.

Ohno tomó aire en profundidad. Sabía que era ahora o nunca. Quería confesarle sus sentimientos, pero el nudo que se había formado en su garganta hacía que le resultara imposible hablar. Así que se armó de valor e, inclinándose lentamente sobre Sho, juntó sus labios con los de él. Fue un roce suave, inocente, pero tan cargado de significado que era imposible que su compañero no lo hubiera comprendido. Se separó con la vista clavada en el suelo y pasaron varios segundos antes de que se atreviera a levantarla para mirar a Sho.

-¿No vas a decir nada?- preguntó temeroso.

-No- respondió Sho con tranquilidad.

La verdad era que ese beso no le había tomado por sorpresa. Mentiría si dijera que ya conocía sus sentimientos, pero de alguna manera la calmada presencia de Satoshi siempre estaba ahí, junto a él, haciendo que un beso le pareciese simplemente el siguiente paso lógico en la cadena de acontecimientos. Y si era sincero consigo mismo, tenía que reconocer que una parte de él incluso lo había estado esperando.

-Lo entiendo- murmuró Satoshi, dejando que su mirada se perdiera en algún punto lejano del horizonte. Quizás era la mejor respuesta que Sho podía darle, fingir que no había pasado nada y que las cosas siguieran en la tranquilidad de siempre-. No volveré a hablar de ello, así que no tienes que preocuparte- aseguró y, haciendo acopio de todas sus fuerzas, le dirigió a su compañero una sonrisa que pretendía quitarle importancia.

Sho le miró con seriedad. Allí estaba otra vez, esa sonrisa tan cargada de tristeza que podría partirle hasta el alma. ¿Siempre había sido él el causante? Sujetó la muñeca de Satoshi cuando éste intentó alejarse, con tanta fuerza que el pobre trastabilló y fue a parar al suelo junto a él. Así que Sho no dudó en aprovechar esa cercanía para poner su mano tras la nuca de Ohno y atraerlo hasta su boca. Esta vez fue él quien le besó, dejando que sus labios se enredaran con los de Satoshi en una húmeda caricia que no parecía tener intención de terminar. Cuando por fin accedió a soltarle su respiración se había agitado tanto que su pecho subía y bajaba con velocidad.

-Creo que no me he explicado bien- se disculpó Sho ante la mirada interrogante de Ohno-. No es que no quiera hablar de ello, es que... tengo muchas cosas en las que pensar- añadió, intentando escoger muy bien sus palabras-. Te prometo que te daré una respuesta, pero… necesito algo más de tiempo.

No es que le incomodara la idea de tener una relación con un hombre, pero había demasiadas cosas a tener en cuenta como para lanzarse a ello sin pensar. Estaban el grupo y las fans, la inevitable presión social que tendrían que afrontar y el importante peso de su familia. No podía olvidar que su padre era un conocido político, y una relación así iba a ser polémica para él. Pero sobre todo, quería estar seguro de lo que sentía por Satoshi. No se perdonaría en la vida el darle falsas esperanzas para acabar haciéndole daño.

Satoshi asintió con la cabeza y se movió hasta quedar sentado junto a él, mientras se abrazaba las rodillas con aspecto pensativo. Llevaba esperándole media vida, así que bien podía hacerlo un poco más. Esa respuesta ya era mucho más de lo que se había atrevido a imaginar, y el beso que le había dado… se sintió un poco tonto cuando se sonrojó al recordarlo, así que enterró la cabeza entre las rodillas para que Sho no pudiera verle. No se movió cuando este le llamó suavemente.

-Satoshi- insistió Sho, zarandeándole enérgico de un brazo.

Cuando al fin consiguió su atención señaló el lado de cubierta donde estaban las cañas de pescar. Una de ellas se movía adelante y hacia atrás cada vez con más violencia. Ohno soltó una exclamación y se levantó hacia allá, con tantas prisas que casi se tropezó por el camino. Ni se molestó en contestar a las estridentes carcajadas de Sho que rompían la calma de la noche. Y es que por un momento, incluso se había olvidado de que habían ido a pescar.

***

Jun frunció el ceño mientras dejaba el vaso sobre la barra lateral. No le gustaba aquel lugar. La música estaba demasiado alta, las luces eran demasiado tenues y la gente se refregaba una contra otra en lo que se suponía un intento de bailar. Aiba les había presentado emocionado a las amigas de Hasegawa-san y, después de una cena tranquila, habían acabado en aquel local infernal. Tenía que reconocer que la compañía era agradable y que todas las chicas eran muy bonitas, pero aquello no había conseguido mejorar su humor, aunque intentara disimularlo con una sonrisa digna de revista.

Rechazó por tercera vez la invitación de bailar de la muchacha morenita y centró su atención en Nino. Este reía tontamente de algo que le susurraba una de las chicas al oído, para luego asentir con la cabeza y acabarse de un trago lo que le quedaba de bebida. Apartó la mirada y se concentró en ver pasar a la gente que entraba y salía del bar. De pronto algo empezó a tirar de la manga de su camisa, y se volteó para encontrarse con Nino.

-J… creo que no me encuentro bien- informó al fin. Hacía rato que tenía impresión de que el ambiente en el local era demasiado sofocante.

Matsumoto resopló antes de contestar.

-Dile a tu amiguita que te acompañe a “tomar el aire”- replicó, cargando sus palabras de dobles intenciones-, seguro que después te encuentras mejor- dijo con sarcasmo.

Posiblemente no había sido la mejor respuesta que darle pero llevaba rato aguantándose el mal humor y forzándose a sonreír cuando lo único que quería era salir de allí.

Nino desvió la mirada y asintió con aspecto ausente. Parecía que todavía no se le había pasado el enfado por haberle besado el día anterior. No tendría que haberlo hecho. No tendría ni siquiera que haberlo imaginado, pensó con resignación.

Jun le contempló mientras volvía junto al pequeño grupito y no se extrañó cuando rato después Nino se encaminó a la salida acompañado de la chica, que le pasaba los brazos por la cintura. Jun apoyó la cabeza en la pared y rió con sarcasmo cuando se dio cuenta de que se sentía decepcionado. ¿Qué otra cosa estaba esperando? Se sorprendió cuando, apenas un par de minutos después, la chica se plantó frente a él e hizo una profunda reverencia.

-Lo siento mucho, Matsumoto-san- se disculpó, mientras le miraba con expresión de culpabilidad.

Jun la miró con cara de no comprender, así que la joven le pidió que se inclinara para poder hablarle al oído. Con voz llorosa, le explicó que un conocido fotógrafo le había prometido usar sus contactos si le permitía sacar algunas fotos de Nino entrando con ella a un love hotel. Cuando le había dicho que Nino no hacía más que darle largas, el hombre le había asegurado que no tendría problema para que la acompañase si ponía el contenido del sobre que le daba en su bebida. En el último momento se había dado cuenta de que no era capaz de hacer algo como eso, así que había buscado a Hasegawa y Aiba para contárselo pero no les había encontrado y había acabado recurriendo a él.

-Pero que diablos…- masculló Jun.

Siempre había creído que esa clase de cosas sólo pasaban en los mangas. Siguió a la chica hasta el sofá donde había dejado sentado a Nino. Este tenía los ojos cerrados, y cuando Jun lo tocó para despabilarlo se dio cuenta de que estaba ardiendo. Buscó con la mirada a Aiba pero no parecía haber rastro de él. Maldiciendo entre dientes le envió un mensaje para decirle que llevaba a Nino a casa y salió con él al exterior.

Estaba a punto de entrar en el coche cuando un hombre les salió al paso. Jun le reconoció al acto. Era el fotógrafo del que le había hablado la chica, asiduo de revistas de cotilleos y famoso por inventarse los rumores cuando no los había.

-¿Qué quieres?- preguntó Jun en tono cortante.

-Me has fastidiado el trabajo de esta noche… ¿Estás intentando entrar en mi punto de mira, Matsumoto-kun?- preguntó el hombre. Sonrió con cinismo, mostrando una hilera de dientes irregulares.

Jun decidió ignorarle y apretó el botón de las llaves, abriendo la puerta del copiloto y haciendo que Nino se sentara. Este soltó un quejido apagado cuando Jun le abrochó el cinturón.

-¿Qué coño le has dado?- inquirió, cerrando con un portazo.

-Sólo un excitante. Se le pasará en cuanto duerma unas horas o eche un polvo- el hombre se encogió de hombros como si no fuera gran cosa-, aunque... parece que mezclarlo con alcohol no le ha sentado demasiado bien- rió.

Jun le fulminó con la mirada. A él no le hacía puta gracia. Las carcajadas del fotógrafo aumentaron de volumen ante el evidente cabreo del joven.

-Vamos Matsumoto-kun, los dos sabemos que tampoco hubiera sido algo que se salga de lo habitual- dijo con una sonrisa sarcástica.

Aquello fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Antes de que tuviera tiempo de pensar, su mano se movió sola para soltar un puñetazo que borrase aquella mueca burlona. Se metió en el coche con cansancio y dedicó una larga mirada a Nino, que dormitaba inquieto a su lado revolviéndose y murmurando algo incomprensible.

-¿Y ahora qué hago yo contigo?- le preguntó derrotado, mientras ponía en marcha el motor.

4 comentarios:

  1. wow!!! dio un giro completamente al que me esperaba! ese fotografo es un... pero en parte solo en parte parece que esta ayudando al desarrollo!!!!! Pero esta loco!!!!
    no se porque me imagine a Nino re tierno como un nene llendole a tirar de la camisa a Jun hahah Mi escena favorita!!!
    Sonrisa de revista hahahhaha que chistoso!!!

    pasando a la pareja Yama.... ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh... y asi hasta el infinito!!!!
    Me encanto!!! que dulce y tierno momoento el de ellos!!!! Satoshi es tan tierno y Sho-chan!!!
    Me dejaron con ganas de mas!!!! Definitivamente me encanto como escribiste de ellos, relamnete no leo mucho yama, pero este esta estupendo!!!
    lo que si no entendi esta palabra Grima.. ¿que es?
    Bueno espero los siguientes capitulos!!!!
    jane!!

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    1. Bueno, supongo que conseguir un giro inesperado es bueno XD Y sí, el fotógrafo ese está un poco mal de la cabeza, tendremos que mantenerlo alejado de los pobres chicos XD

      Oish, la yama... a mí esta pareja (que al principio no me decía nada y sin darme cuenta se ha convertido en una de mis preferidas) me despierta la vena tierna. Los miro y me dan ganas de escribir cosas romanticonas, que le vamos a hacer xD
      Grima es cuando algo te da asquito, repelús o te es desagradable.
      Y nada, a ver si me pongo las pilas con la continuación, a ver si por fin se aclaran estas dos parejitas ^^

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  2. Yama!! kyaaaaaaaah!! fue tan bello >////////<
    cada vez me gusta mas esta pareja ♥ espero que sho no haga esperar mucho a ohno u.u

    me alegro que jun le aya dado un golpe a ese fotografo ò.ó se lo merece
    Si que harás jun con nino? sera que por fin te darás cuenta
    de tus sentimientos? *0*
    aah! espero con ansias la conti..
    gracias yunnie

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    1. La llama me saca esa romántica sin remedio que llevo dentro, lo confieso XD

      Sí, se merecía un puñetazo el hombre... o dos. A ver como acaban de todo esto, en un momento u otro tendrán que darse cuenta de lo mucho que se quieren ^^

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