Notas de autor: Esta vez
he sido más rápida. Creo que la yama pair sigue despertando mi vena
romanticona, jajaja. Gracias por leer ^^
Capítulo 08
Estaba bien entrada la madrugada
cuando decidieron regresar. Satoshi bostezaba perezosamente mientras ponía el
motor en marcha. Sho le contemplaba desde la puerta con una media sonrisa,
siguiendo atentamente con la mirada cada uno de sus movimientos. Se alegraba de
haber ido a pescar esa noche con él, de que Ohno hubiera encontrado el valor
para confesarle sus sentimientos. No sabía si tendría el valor de corresponderle,
pero sabía que no quería ser el causante de aquella sonrisa triste y forzada
que a veces empañaba el rostro de su líder.
Llegaron a puerto en un cómodo
silencio que ninguno parecía tener ganas de romper. Sho podría haber
permanecido por horas allí, con la calmada presencia de Satoshi como única
compañía. Pero Ohno ya se había puesto en marcha, saltando hasta el muelle y
empezando a amarrar su bote al embarcadero. El sol había empezado a despuntar
en el horizonte, convirtiendo su figura en una silueta teñida de rojo. Sakurai
se acercó hasta él sin pensarlo, agachándose a su lado, abrazándolo por la
espalda en un impulso.
Satoshi, que estaba demasiado
concentrado en hacer correctamente el nudo, se sobresaltó ante el inesperado
contacto. Se giró en un acto reflejo, tan deprisa y con tan mala suerte que
perdió pie y antes de que se diera cuenta de lo que pasaba se encontró
sumergido en el agua.
Algo asustado, Sho apoyó las dos
manos en el borde del embarcadero y se inclinó presuroso sobre el agua,
buscando al mayor con la mirada. Enseguida le vio emerger de nuevo, sacudiendo
la cabeza para apartarse el pelo empapado de la cara. Le miró con expresión de
culpabilidad unos segundos antes de estallar en sonoras carcajadas.
-Me has asustado- protestó Ohno,
con un pucherito.
-Lo siento- se disculpó, aunque la
risa que no lograba detener no parecía concordar demasiado con sus palabras.
Satoshi se puso de morros y levantó
de golpe uno de sus brazos, consiguiendo salpicarle un poco la cara. Iba a
repetir la operación con las dos manos, pero no hizo falta porque de pronto Sho
se puso en pie y se lanzó de cabeza al agua, nadando hacia él.
-De verdad lo siento, no pensé que
acabarías en el agua- aseguró.
-¿Y qué esperabas?- protestó,
moviendo suavemente los pies para mantenerse a flote- Cuando alguien te asalta de
improvisto por la espada te sueles asustar, no sé en qué más podías estar pensando.
-En esto- aclaró Sho, tirando de un
brazo de Ohno para acercarlo a él y besarle los labios.
-Oh- murmuró un tanto avergonzado,
sonriendo levemente, olvidado cualquier rastro de enfado.
Sakurai pasó las manos tras la
espalda de Satoshi, quien no dudó en volver a juntar sus bocas, dejando que su
lengua se enredara con la del rapero. Cerró los ojos, sintiendo las manos de
Sho afirmarse en su cintura para impedir que el vaivén del agua los separase,
dejándose llevar por sus besos expertos, abriendo de vez en cuando los ojos
para comprobar que no se trataba de un sueño, sonreírle y volver a empezar. No
supo cuanto rato pasaron allí, pero el sol ya estaba bien alto cuando al fin
salieron del agua.
Ohno tembló levemente cuando el
aire helado de la mañana apegó las ropas empapadas contra su piel. Aceleraron
el paso hasta el coche, y Sho le dio una manta para que se secara un poco antes
de entrar. Cuando llegaron frente a la casa de Satoshi, la ciudad ya empezaba a
despertar y los más madrugadores salían de casa, soñolientos y desganados.
-Buenas noch…- Satoshi miró el
cielo, completamente iluminado ya, y dejó la despedida a medias, haciendo reír
a Sho- Nos vemos mañana- se corrigió.
Sho asintió con la cabeza. Ohno se
desabrochó el cinturón y accionó el tirador de la puerta, aunque no la llegó a
abrir. Se volvió hacia su compañero, mirándole algo dubitativo, inclinándose
hacia él. Sho le miró apenado, adivinando sus intenciones de besarle,
deteniéndole con la mirada.
-Alguien podría vernos- advirtió,
con una sonrisa resignada.
Satoshi le miro seriamente antes de
asentir con la cabeza.
-Tienes razón- coincidió, abriendo
finalmente la puerta y haciéndole un gesto de despedida con la mano.
No pudo evitar sonreír cuando Sho
le guiñó un ojo en respuesta. Entró en su casa, guardó el pequeño botín de
pesca que había conseguido y se desplomó sobre la cama con expresión
satisfecha. Ni en el mejor de sus sueños se hubiera atrevido a imaginar que
todo podía salir tan bien.
***
Emitió un leve quejido. El
persistente dolor de cabeza que le había acompañado toda la noche apenas le
había dejado descansar, provocándole una sensación de malestar general en todo
el cuerpo. Llevándose las manos a la frente, Nino se incorporó sobre la cama y
abrió los ojos con pesadez. Los débiles rayos de sol que se colaban a través de
la persiana permitieron que sus ojos se habituaran rápidamente a la escasa luz,
haciendo que se diera cuenta de su desnudez. Fue en ese instante que las
escenas de la noche anterior empezaron a pasar en rápida sucesión por su
cabeza, congelándole la sangre en las venas. Se volteó lentamente hacia el lado
derecho de la cama, pero en ella no quedaba rastro de Jun.
Supo que no había sido un sueño
porque el cristal de la ventana le devolvía su reflejo, dejando ver una zona
amoratada en la parte del cuello que había mordisqueado J. Suspiró sin ánimos.
¿Qué le habría pasado por la cabeza al levantarse aquella mañana? ¿Había huido
aterrorizado de allí? Cogió la pastilla que Jun había dejado sobre la mesita la
noche anterior y se la tragó junto a un largo sorbo de agua. Se levantó con
desgana, poniéndose algo de ropa para dirigirse a la cocina. Estaba a medio
camino cuando empezó a escuchar el rítmico sonido que provenía de allí. La
puerta estaba entreabierta y la luz encendida, así que se detuvo dubitativo
antes de entrar. Finalmente se armó de valor, tragó saliva y abrió la puerta
con decisión. Jun dejó de batir los huevos y se volvió para mirarle, con una
mueca totalmente inexpresiva en el rostro.
-Buenos días- dijo antes de
seguir con lo que estaba haciendo-. Estoy preparando el desayuno, estará en un
momento- anunció con voz monótona, sin un solo altibajo que denotara emociones
en su tono de voz.
Resultaba obvio que le estaba
evitando deliberadamente, así que Nino se limitó a asentir con la cabeza y
sentarse en una de las sillas de la cocina, sin apartar la vista de él, dándole
tiempo. Le vio cocinar la tortilla, servirla en los platos y empezar a fregar
los cacharros con aspecto distraído, alargando indefinidamente el momento de
enfrentarle.
-J...- le llamó. No podían simplemente
fingir que no había pasado nada, necesitaban hablar. Quizás estaría bien
empezar con una disculpa por actuar tan caprichosamente y después confesarle a
Jun lo que sentía por él. Aunque el más pequeño de los Arashi no era tonto,
Nino estaba bastante seguro de que ya se habría dado cuenta- Sobre lo que pasó
anoche...- empezó a decir, pero la voz le tembló y fue incapaz de continuar.
Jun dejó la sartén en la encimera
y se volteó lentamente para mirar a Nino. Éste tenía la vista clavada en el
suelo, con el flequillo ocultándole los ojos y pintas de no saber donde
esconderse. Conocía bien aquella expresión que Nino solía adoptar cuando un
tema era incómodo para él y que le hizo sentir una punzada de culpabilidad.
Seguro que no sabía cómo decirle que lo de anoche sólo había sido un error sin
herir sus sentimientos.
-No te preocupes, no tiene más
importancia- le intentó ayudar, quitándole importancia con el tono más
indiferente que fue capaz de adoptar. Nino levantó la vista contemplándole sin
parpadear, como si esperase algún tipo de explicación-, sólo fue un calentón...
Cualquier amigo habría hecho lo mismo- añadió.
-¿Cualquier amigo?- repitió Nino,
con una expresión indescifrable. Se puso de pie y se acercó hasta Jun,
intentando mantener bajo control el enfado que amenazaba con hacerle subir el
tono de voz- O sea que si hubiera sido Riida o Sho, ¿también habría estado
bien?- inquirió, retándole con la mirada.
Jun cerró los ojos un instante.
¿Qué esperaba, que le confesara sus sentimientos? Ya había tenido bastante con
su intento de aproximación en la sesión de fotos, no iba a caer en su juego y
permitir que se riera otra vez de él.
-Sí- respondió el menor,
ignorando el nudo que se había formado en la boca de su estómago.
Nino entrecerró los ojos, afilando
la mirada, acabando de salvar la distancia que les separaba y acorralándolo
contra el mármol, acercando tanto sus labios a los de Jun que casi se rozaban.
-Entonces... si te pidiera sexo
ahora, ¿también estaría bien?- cuestionó implacable, conteniendo a duras penas
la rabia que amenazaba con desbordarse.
Jun le miró con resentimiento.
¿Qué necesidad tenía de ser tan cruel? Sabía de sobras que le tenía en sus
manos, que conseguiría lo que quisiera de él. ¿Encontraba algún placer
retorcido forzándole a humillarse, a exponer su debilidad ante él?
-Estaría bien- respondió desafiante.
Nino perdió toda la determinación
ante esa respuesta. ¿Así que eso era todo lo que significaba para Jun? Un poco
de sexo fácil con alguien que no le importaba lo suficiente como para pararse a
pensar que podía representar para él.
-Bien- murmuró, mientras se
apartaba un poco de Jun-. Bien- volvió a repetir, sin terminar de entender cómo
diablos habían acabado así-. Iré a ducharme, no quiero oírte protestar porque
llegamos tarde a la grabación del dorama- dijo, sintiendo la repentina
necesidad de alejarse de J.
Se encerró en el baño y abrió el grifo
de la ducha, dejando que el agua helada le recorriera el cuerpo, como si con
ello pudiera arrastrar la sensación de malestar que se había instalado en su
pecho. Se repitió una y otra vez que no pasaba nada, que ya sabía que su amor
estaba condenado al fracaso, que todo estaba bien. Se lo repitió tantas veces
que las palabras acabaron por perder su significado y sólo quedó una
desagradable sensación de vacío. Cuando regresó de nuevo a la cocina, ya se
había colocado la máscara de indiferente despreocupación de siempre,
guardándose todo lo que sentía para él.
Continuará...
aaaaaaah!!! siento un coraje agarren me que entro al fic y les brindo unos golpes a esos 2 me lleva #$%#$%#% *exhala y supira* assh que manera de hacerse daño T-T assh espero que ya alguno no aguante mas y diga lo que siente ya quiero ese lemon completo XDDDDDDDD skjdfsfkjhs jajajaja
ResponderEliminarsobre le yama pair kyaaaaaaaaaaaaah!! me encanto
son un amor los dos aaaaa me derretí ♥////////♥
Gracias Yunnie por actuializar rapido *0* espero el cap sig con ansias :D
No me los golpees a ver si se van a quedar aún más tontos, y entonces ya sí que no hay solución para ellos, jajaja. Yo no sé como se lían tanto ellos solitos, sería tan sencillo como que uno aceptara tragarse un poquito del orgullo y ceder... pero antes o después alguno tendrá que hacerlo, digo yo.
EliminarOish la yama... tan monos ellos, me tienen atontada XD
Muchas gracias a ti por leerme siempre ^^
Ah nooooooooooooooo en serio que a estos hay que darles con el sarten, dios mio, puede pasar millones de años y no se animan a confesarse, si lo hicieran, serian tan felices .... pero de esto va la historia XDDDD jajajajaja
ResponderEliminarpero da coraje!!!!!! XDDDDDDDDDDDDDDD
Me encanto, no mas bien me enamore, no algo mas alto aun, el par Yama son dos amores, dos dulces, tiernos, waaaaa me pueden me estoy derritiendo de amor por ellos!!!!!!
Muchas gracias por continuarla!!!!
Esperare ansiosa el siguiente!!!
Jajaja, te he imaginado dándoles sartenazo. A mí también me dan ganas, tienes toda la razón, pero también es verdad que me quedaría sin historia entonces xD Por eso le puse precisamente el título de entiéndeme, porque parece que es lo que necesitan hacer, entenderse el uno al otro... y por el momento no lo consiguen.
EliminarLa yama *o* menos mal que ellos le ponen un poco de amor y sensatez a la historia, son un amor.
Muchas gracias por leer y animarme a seguir con el fic ^^